viernes, 29 de octubre de 2010

La muerte de Ivan Ilich (Leon Tolstoi)

Desde que empezamos a leer sabemos que el personaje principal de la obra terminará muerto, y a pesar de ese conocimiento que podría arruinarnos la historia, este extraordinario escritor nos mantiene pegados al relato de los sucesos.
La historia refleja la vida de Ivan Ilich, una persona que dedicó su vida a subir y subir en su escalera profesional y sentirse feliz de los logros y el nivel de vida obtenidos. A su vez, es una persona con familia, pero sus logros profesionales distan mucho de sus logros personales y cuando se ve victima de una grave enfermedad, su forma de ver la vida da un vuelco.
La historia resulta atrayente porque a través de los ojos y reflexiones de Ivan Ilich nos podemos sentir identificados en nuestras propias vidas y las angustias que éste experimienta preguntándose a sí mismo que es lo que realmente hizo con su vida, ¿qué hizo que valiera la pena?, ¿que logró que le permita morir tránquilo?.
Poco a poco y dolorosamente se va acercando el momento final y muchos lectores se sentirán movidos y compadecidos por el sufrimiento del personaje y posiblemente más del alguno cambie su forma de pensar respecto al trato de un enfermo.
Me llama la atención la disparidad y a la vez similaridad entre esta obra y la de Sidharta (Herman Hesse), puesto que ambas se centran en un sólo hombre y en la vida de ese hombre. Sin embargo, mientras Sidharta, a los ojos de la sociedad económica desperdicia su vida, llega al final de esa vida que había dedicado a encontrar el sentido de su existencia, sintiendo que pudo encontrar la respuesta que buscaba y volviéndose un hombre con mucha paz interior. Por el otro lado, Ivan Ilich con una vida éxitosa desde el punto de vista social y económico llega al final de sus días sintiendo que todo lo que hizo fue inútil y es hasta esos momentos finales que se pregunta a si mismo cuál era el sentido de su vida y la muerte lo encuentra en total agonía física y moral.

lunes, 25 de octubre de 2010

Sidharta (Herman Hesse)

Primera obra de este autor que leo. Me pareció una obra sorprendente. El hecho es que no se trata sólo del estilo "vigoroso" del autor, de sus formas, de su prosa tan ligera; lo que más impresiona es que se trata de una historia en busca del propio ser, una obra con un gran contenido psicológico, de autobúsqueda, de esperitualidad, de meditación y a pesar que todos estos temas pudieran parecer hasta cierto punto temas que conllevan a historias aburridas y de lánguidas palabras, no es el caso de esta obra.
El autor muestra una historia con conciencia, una historia de la vida de un hombre que buscaba el significado de la vida y en su ir y venir atreviesa por muchas cosas y termina junto a un río aprendiendo de la sabiduría de sus corrientes. Pero su vida no es para nada aburrida, sus pensamientos son muy profundos, sus vivencias son transmitidas al lector de tal forma que parece que mientras el personaje evoluciona a lo largo de la historia, nosotros también lo hacemos a lo largo de la lectura y casi terminamos en un "Om".
Tengo que decir que algunos de los pasajes me parecieron verdaderamente excepcionales, como la conversación de Sidharta con el mercader o la conversación final con Govinda, pero colocaré aqui sólo algunos de los textos que más me llamaron la atención, por cierto que es uno de los libros de los cuales he querido tomar más trozos, a pesar de ser una obra corta.
  • Nada hay en el mundo que conozca tan poco como a mi mismo, como a Sidharta
  • Bueno es escribir, mejor es pensar; la habilidad es grata, pero mejor es la paciencia. Sidharta.
  • Comprendo ahora que el sufrir, las zozobras y todo aquello del mundo que nos es hostil y agobiante únicamente existe en el tiempo; y que todo ello desaparece y se supera una vez vencido éste, desde el momento en que mediante el pensamiento hacemos abstracción de él. Sidharta.
  • Su semblante decía la serenidad del saber al que ninguna voluntad perturba, del saber que sabe de la perfección y que se aviene con el río de los destinos, con el río de la vida, que hace suyas las penas y las alegrías del universo, que se abandona entero a la corriente, que es parte de la unidad, del todo.
  • Quien dice buscar, significa un fin. Pero encontrar es ser libre, estar abierto a todo, no tener fin determinado alguno. Sidharta.
  • Puede comunicarse el saber, pero no la sabiduría. Sidharta.

martes, 5 de octubre de 2010

El valle de las hamacas (Manlio Argueta)

Es una obra de la literatura salvadoreña que (aunque pocos salvadoreños se han enterado) tiene cierta importancia internacional.
Es la primera obra de Manlio Argueta que tengo la oportunidad de leer y lo que puedo decir es que tiene formas muy originales de expresarse.
Es interesante ver que a pesar de que la obra se refiere a conflictos bélico-políticos de la historia salvadoreña, no raya en la monotonía de otras obras de ese mismo género.
Al ver el nombre de la obra asumí la referencia a San Salvador, conocido como "valle de las hamacas" en alusión a los muchos sismos que ahi acontecen sin embargo, aunque ciertamente buena parte de la historia se da en esa ciudad, después de leer la obra me pregunto si el nombre habrá sido dado considerando la excesiva utilización de trasloque por parte del autor; tal es el caso que leer la obra me pareció como estar en una hamaca en movimiento, de tal suerte que el autor me llevaba de un lado a otro mostrándome diferentes escenarios y panoramas, algunos incluso dados en la mente de los personajes.
Vale la pena mencionar también que la cantidad de razonamientos político-sociales incluidos en la obra en ocasiones parecían discursos de campañas politicas, pero que al final creo que encajan con la personalidad del salvadoreño.
La obra es buena, no diré lo contrario. La terminé y no me aburrió, pero sólo después de atravezar una fase de confusión de las primeras páginas (mientras me acostumbraba al ritmo de la hamaca).

viernes, 1 de octubre de 2010

El faro del fin del mundo (Julio Verne)

Se trata de una de las novelas de Julio Verne que no posee las características de ciencia ficción que lo hicieron famoso, pero que si posee la estructura, el encanto, la consistencia y la emoción que caracteriza a sus relatos fantásticos.
La suma de la forma, la historia, las características de los personajes, las descripciones, los altos y bajos de la trama e incluso los detalles en términos técnicos dan como resultado una obra de Julio Verne que vale la pena leer.
Es en fin, un relato entretenido, emocionante, completo y considerando la época, bastante consistente que deja al lector una buena sensación.