miércoles, 13 de mayo de 2015

La Estrella del Sur (Julio Verne)

Al leer esta obra de Julio Verne, parece evidente que la vision futurista del escritor, que resultaba innovadora para la época en que se dieron sus escritos, pero sobre todo plausible, no era el único motivo de su éxito. La mayor razón de su éxito es lo mágico de sus narraciones, que tienen el poder de transportarnos hacia los lugares que describe y conocer de cerca a sus personajes, y con un magistral encanto describir procesos científicos sin aburrir al lector.
En este caso la historia narra las aventuras de un ingeniero en el africa, que busca desesperadamente obtener el permiso del padre de la joven que ama, y el cual le ha sido negado por no estar a la "altura" de la joven. A partir de la dificultad de no contar con suficiente dinero para hacerse ver valioso ante el padre de la novia, el ingeniero inicia una serie de intentos por conseguir diamantes que incrementen su capital e intenta en el proceso crear también un diamante con sus  conocimientos científicos del área. El ingeniero posee un gran corazón, que resulta ser su mayor riqueza para ganar el respeto y amistad de varias personas que le ayudaran en su empresa.


Frases interesantes:


  • Se trataba de un hombre joven, habitualmente ocupado en las más altas concepcines científicas, que no concede a las vanidades mundanas más que el tiempo estrictamente necesario.
  • Cyprien tenía demasiado buen sentido para no saber apreciar las solidas razones, y demasiada honradez para irritarse por una sentencia que en el fondo reconocía como justa.
  • Los resultados obtenidos por un sabio no le pertenecen en propiedad exclusiva. Forman parte del patrimonio de todos. Reservarse para sí, en un interés egoísta y personal, la menor partícula, sería hacerse culpable del acto más vil que un  hombre pudiese cometer.  Cyprien
  • Si he reinvindicado mi derecho, es porque un hombre siempre tiene la obligación de hacerlo. Jacobus Vandergaart.
  • El derecho riguroso confina a veces con la injusticia. Jacobus Vandergaart.
  • Muchos infortunios de este mundo son así cargados a la cuenta de una mala suerte misteriosa, y no tienen por base única, si se desciende al fondo de las cosas, más que los mismos actos de aquellos que los sufren.