lunes, 8 de agosto de 2022

Las Minas del Rey Salomón (Haggard)

 El primer libro de la serie de libros de aventuras de Allan Quatermain.

Es un libro de aventuras contado en primera persona por el mismo Allan Quatermain, que mantiene al lector atado a la lectura disfrutando de los ires y venires de los héroes y los fantásticos lugares que visitan.

El héroe, Allan Quatermain, no es un héroe valiente y de gran porte, pero si muy sabio y lo suficientemente astuto para sobrevivir a las adversidades. Su historia y la de sus dos acompañantes se vuelve atrayente y su paso por el desierto y por la tierra de kukuanalandia para llegar por fin a las minas de salomón es una aventura que no puede dejar de leerse.

Dejo aqui algunas de las frases del libro, tiene muchas para incluirlas, pero resaltan algunas por su connotación y sabiduría.

  • Y el pueblo, que es inconstante y está siempre dispuesto a adorar al sol que más calienta, aplaudió y gritó: "¡Twala es el rey!...". Infadoos
  • Los ojos de las mujeres son siempre brillantes, sea cual sea su color. Twala
  • Ama a la que está presente, porque puedes dar por seguro que la que está ausente te es infiel. Twala
  • Los besos y las palabras tiernas de las mujeres son deliciosos, pero el sonido del entrechocar de lanzas de guerreros y el olor de la sangre de los hombres son mucho mejores. Twala
  • El hombre no muere mientras el mundo, que es a la vez su madre y su monumento, perdure. Su nombre se pierde, es cierto, pero el aliento que ha respirado sigue soplando sobre la cima de los montes, el sonido de las palabras que ha pronunciado sigue encontrando eco en el espacio; los pensamientos nacidos en su mente los hemos heredado hoy nosotros; sus pasiones son la causa de nuestra vida; las alegrias y los dolores que ha conocido los conocemos nosotros como amigos familiares ... ¡y el fin del que él huía despavorido nos alcanzará también a nosotros!.  AQ
  • El Destino enseña a la mayoría de nosotros, si vivimos lo bastante, de que los ojos de la humanidad son ciegos para los desacreditados, y que aquel que está indefenso y arruinado encuentra pocos amigos y escasa misericordia. AQ
  • La auténtica riqueza, por cuya consecución los hombres consumen sus vidas, es a fin de cuentas una cosa sin valor.